La granada, un fruto otoñal
Despedirse del buen tiempo no significa que nos tengamos que despedir de las verduras y las frutas frescas. El otoño es una estación cargada de frutos muy variados: la manzana, la mandarina, la pera, las frambuesas, las ciruelas y las uvas, son algunas de las frutas de temporada. Además, todas ellas ofrecen innumerables beneficios para la salud.
Pero la fruta que más nos aportará durante estos meses es la granada. Su piel fuerte guarda en el interior multitud de granos que son los que le dan nombre. A lo largo de la historia, ha sido considerada por muchas culturas como una fruta importante, merecedora de ostentar la categoría de manjar.
Los beneficios nutricionales de la granada son muy variados: contiene elevadas propiedades antioxidantes que previenen el envejecimiento, evita enfermedades cardiovasculares actuando con efectos parecidos a los de una aspirina y sus componentes previenen la aparición del cáncer de mama, de próstata y de piel. Incluso es recomendable por su elevado poder digestivo.
Y es que la granada, pese a su pequeño tamaño está cargada de nutrientes. Entre otros contiene vitaminas A, B, C y E, pectina, fósforo, cobre, hierro o zinc. Para consumirla existen multitud de formas, ya sea en zumos, ensaladas o bien comiéndola directamente con sus granos. En este último caso hay que separar las laminillas amargas o tastanas e ir comiendo grano a grano.