Elsa Anka
Elsa Anka es una mujer activa y vitalista. Desde muy jovencita se ha dedicado al mundo de la moda y la televisión, como presentadora y actriz. Actualmente trabaja en varios proyectos simultáneamente muy diversos: “participo en un musical infantil que ha creado y producido Gisela en la que hago de la malvado bruja Nébula. Se llama El libro Mágico y estaremos en Navidad en Madrid”. Además, es embajadora de los productos de dietética Siken y de la campaña de una cadena de supermercados, y colabora en el departamento de comunicación del Dr. Ivan Mañero y su fundación DrIM. “Me encantaría estar en televisión, por supuesto. Pero no puedo atascarme ahí. Hay que moverse. Hay que seguir”, explica Elsa sobre su situación actual.
“Con la Funadción SOS tuve la suerte de visitar Senegal en una caravana solidaria. Y allí también compartí el tiempo con la Dra Elene Barraquer y su Fundación. Actualmente estoy más volcada en la Funación del Dr. Iván Mañero en Guinea Bissau que es maravillosa. Una hace lo que puede. Admiro a los que son capaces de hacer todo esto. Yo aporto mi grano de arena. Ser solidario debe ser una obligación. Este año he participado también en el calendario solidario de los niños prematuros de Vall d’Hebron”, que ya se puede adquirir en su web.
Sus inicios tampoco fueron fáciles. Como todos, tuvo mejores y peores momentos. Su salto a la moda supuso un gran cambio en todos los sentidos, “sin apenas buscarlo pasé de ser una acomplejada y larguirucha desgarbada a ver una salida a mis complejos en los desfiles y la moda. Los niños somos muy crueles. Y me tenían mortificada. Después, cuando empezaron las televisiones privadas, yo vivía en Madrid. Hice los primeros castings y tuve la suerte de empezar haciendo un programa de cine: Polvo de Estrellas”. Unos primeros pasos que recuerda con cariño. “Todos los proyectos me han formado tanto personal como profesionalmente. Todos me han enseñado. Los buenos y los no tan buenos. Me he quedado con ganas de seguir como actriz”.
Al igual que todas las profesiones, ser una cara conocida tiene su lado bueno y otro no tan bueno. Recibir el cariño de la gente, cartas de niños y mujeres que te muestran su aprecio, crea un gran sentimiento de felicidad en la actriz. “No pretendo gustarle a todo el mundo” explica Elsa, pero “las formas en esta vida son muy importantes y hay gente que sin conocerte personalmente se siente con derecho de insultar tu imagen pública”.
Elsa lo tiene muy claro: “Si no me hubiera dedicado al mundo de la televisión habría optado por la medicina”. Una vía muy diferente pero a la que siempre ha hecho referencia llevando un estilo de vida sano y como imagen de productos dietéticos. “Es un modo de vida, si. Comer bien y sano. Auqnue darte unos caprichos “marranotes” de vez en cuando también es muy sano – bromea Elsa – Pero que lo habitual sean las buenas costumbres, los alimentos sanos, cocinados de forma sana, hacer ejercicio moderado y no fumar. Yo lo he hecho siempre y me gusta”.
Tras verla en series como Hospital Central, El Cor de la Ciutat y en películas como Herois, la profesión de actriz es con la que se queda, sin ninguna duda, a pesar de que actualmente no lo queda mucho tiempo para dedicarse a ello. Su familia, el hogar y las acciones benéficas son su prioridad. “Mi hogar es mi isla. Es el refugio del día a día”, explica Elsa, “lo que me gusta de mi casa es eso: que es mi casa. Llegar a casa, colgar las llaves en la puerta (porque luego no sé donde las dejo) y estar con mis hijos en mi sofá no tiene precio”.