Marina Gatell, de la ciudad a la montaña
Nos hemos ido hasta un rincón perdido por el Bages donde la actriz Marina Gatell nos abre las puertas de una gran masía rural donde vive actualmente. Junto a un grupo de amigos, Marina trabaja para recuperar los campos de cultivos y una pequeña granja para lograr ser autosuficientes.
Marina se ha trasladado de la gran ciudad a la montaña para poder desconectar del ruido y trabajar en su proyecto propio. “Estoy intentando dirigir un guión en el que llevo muchos años trabajando. De hecho acabo de rodar un cortometraje basado en la historia, y estoy en fase de montaje. No es que quiera ser directora. Necesito contar ésta historia. –explica Marina- Se llama “Mirvia”. La protagonista es Marina Comas y lo hemos rodado en mi pueblo, dónde ha colaborado todo el mundo, además de un equipo maravilloso. Ha sido muy emocionante. Y ahora… A ver que vida toma…”.
La actriz catalana es muy consciente de la situación actual del cine, el teatro y la cultura en general. A pesar de vivir alejada de la gran ciudad, Marina opina que este es un gran momento para “agudizar nuestros sentidos” y experimentar para crear cosas “más conmovedoras e inspiradoras”. Y explica: “Nos hemos esforzado en llegar lejos, cuando siento que es más importante llegar cerca”.
A pesar de haberse dado un respiro delante de las cámaras, Marina no piensa abandonar su faceta de actriz. Todo lo contrario: “Sólo pido que la vida me siga sorprendiendo y seguir con ganas de hacerlo lo mejor que pueda”. Además, nostálgica, recuerda día a día cada uno de los personajes a los que ha dado vida. “Echo de menos sobretodo a la Carme de Majoria Absoluta, a Camille Claudel, a Marta de Terra Baixa, a Magdalena de Little Ashes, me pregunto que será de Lalola y de la tieta Enriqueta de Pa Negre, de Merche Alcázar en La trinca, de la Sofía Molotov de Happy House, de la stripper de Cantonada Brossa, de la Marisa de Crusader, de la Clementina de Listrata, de Valia en Cartas para Evita… ”. Con todas ellas se ha reído, llorado, peleado y, con el tiempo, se ha acabado reconciliando.
A pesar de todo, la joven actriz es una soñadora y fantasea pensando en qué podría haber sido si no fuera actriz. “Sería química, o astrónoma, o escultora, o escritora, o jardinera, o trapecista, o oculista, o arquitecta, o pianista, o agente inmobiliaria, o forense o… No sé, todavía no me he decidido. Quizás algún día interpretando algún papel lo vea claro. Entonces, si no es demasiado tarde, no lo voy a dudar. Hasta entonces, sigo jugando”.
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